En los primeros días del mes de Noviembre del 2016 estuvimos predicando en los poblados de Tlacolula y La Ceiba de la región de Chicontepec en Veracruz México, lugar donde aún hay una gran comunidad que es hablante del Náhuatl, uno de los muchos dialectos que se hablan en nuestro país. Para mi fue una gran experiencia escucharlos hablar pero principalmente orar, leer, testificar y alabar a Dios en su dialecto, además de que cuentan con una fe sencilla pero fervorosa y un amor fuerte por la palabra de Dios y el compartirla.
Según me dijeron ellos, muchos predicadores no van a ese lugar donde están ellos porque ahí no hay ofrendas, diezmos o comodidades, Dios me concedió el honor de ir y me encontré su presencia tangible con un pueblo que no solo no se avergüenza de sus raíces étnicas ni su idioma, sino que no se avergüenzan del evangelio. Debemos sumar esfuerzos para llegar a esas regiones y fomentar que este tipo de lenguas no desaparezcan, debemos luchar para preservar esa riqueza cultural como lo es su dialecto, pues también con el se alaba a Dios. Espero regresar algún día, y si usted que lee esto puede hacerlo ¡hágalo! lleve la sana doctrina y cumpla su ministerio.
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