Esos días que compartimos en los hogares de mis hermanos me pude dar cuenta que, como ellos me lo decían, hace falta una atención mas directa del pastorado hacia sus congregantes, un trato mas personal y de empatia con las situaciones con las situaciones en las que viven. Se muestra mas y mucho mejor el evangelio con hechos que con palabras.
Pudimos también conocer ese lugar tan recóndito y lejano y ver como es el estilo de vida de sus habitantes. Un lugar tan alejado lleno de silencio y de paz me ayudo tambien a reflexionar muchas cosas sobre la vida y el ministerio. Dios obra de muchas maneras. Agradezco a la Hna. Lourdes Hernandez y a su familia por recibirnos en su hogar y por ser el medio que Dios usó para que pudiésemos visitar el estado de Oaxaca y compartir el evangelio. Espero dentro de no mucho tiempo volver a esas regiones a seguir compartiendo la fe y la vida con mis hermanos.
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